El día antes de mis 40

Si fuera un blog de cine, seguramente con este título estaría escribiendo la critica sobre la última comedia yankee protagonizada por esos actores que, por pegarla en alguna serie de moda le dan el protagónico y luego resulta un fiasco que es destrozada por la industria y no gana siquiera el "Don Segundo Sombra" Argentino (antípodas del "Martín Fierro").

Pero no, hoy me he levantado con una sensación en el pecho que hace muchos años que no sentía, la misma sensación que me invadía cuando era chico y con mi mamá aguardaba en la sala de espera del dentista o cuando me iban a aplicar una vacuna, como una especie de frío ansioso del que espera algo que es irremediable.
Así llego a mis 40. Y gracias a Dios no es como lo soñé de adolescente, cuando uno divaga en esas épocas en que se tiene tiempo para todo, lo imaginaba - no con un dejo de poco gusto -llegando a casa con corbata y saludando a mi mujer e hijos luego de estar 12 horas laburando vaya a saber donde.
Y como sé que uno es arquitecto de su propio destino, no sé que es lo que pensaba cuando pensaba eso, una especie de negación a lo que ya estaba escrito, o tal vez un mecanismo de autodefensa por si mi vocación no lograba su cometido de darme de comer durante mi adultez.
Hoy a mis 40 años menos 24hs, no es momento de balances, porque no me siento aún con la suficiente cubierta canosa como para hacerlo, pero si, mirar para atrás y saber que bien o mal, siempre pude hacer lo que quise, pude vivir del arte o como se llame lo que hago, trabajé mucho o poco en todos los rubros, Teatro, radio, TV, cine. Comí mucho, estuve a dieta, tomé siempre con mesura, conocí muchas chicas que me hicieron feliz, quise a muchas de ellas, me topé con gente buena y de la otra,tuve amigos que estuvieron en las malas, tuve muchos mas en las buenas, estuve solo cuando lo quise y necesité y en estos últimos 10 años tuve todo lo que un hombre puede pedir, casa propia, la mujer que siempre soñé como compañera y conocí el verdadero amor, el único e iquebrantable, el que no sabe de egoismos y que me va a acompañar durante lo que me quede de vida, mi hija Camila.
Podría hablar de las cosas que perdí, que no fue mucho, aunque si lo mas importante en mi vida, hasta el nacimiento de mi hija, la muerte de mi mamá en 1998 a los 53 años, aunque sé tambien que parte de ella vive en Camila, lo puedo ver, cuando la miro a los ojitos.

Este soy yo,a 24horas de mis 40...con la misma ansiedad de siempre, cabrón, amiguero, hinchapelotas, detallista, payaso,nostálgico...y sobre todo un chico grande que sigue mirando lo que pasa a su alrededor con los ojos de asombro y alegría, cuando a upa de mi papá saludaba el paso del tren.